martes, 27 de septiembre de 2011

Sociedad

                                                                                                                                                             
                     Consumo, sudor y narcotráfico
La mirada de la población acerca de las drogas y su negocio. Lo que esperan de una nueva regulación por parte de la ley. Estupefacientes: ¿Por qué si?, ¿por qué no?
“Me opongo a modas suicidas”, respondió  Marcos, un muchacho ante la pregunta sobre la despenalización de drogas. Desde otra perspectiva, un hombre de 46 años, enfatizó que la despenalización es el mecanismo para terminar con la ”persecución y hostigamiento”. ¿Qué es lo que la gente piensa acerca de esta problemática? ¿Qué manifiesta la sociedad alrededor de este tópico?
Durante los últimos años en Argentina el tema de la despenalización ha estado en boca de muchos funcionarios del gobierno, de la oposición, de las distintas organizaciones y fundaciones, pero ¿qué es lo que piensa la sociedad? ¿Qué es lo que le preocupa?
Ante los interrogantes basados sobre la circulación de marihuana y estupefacientes, hay diversas opiniones y perspectivas sobre la cuestión. Marco Aranda, de 22 años, estudiante de publicidad de la Universidad Nacional de Rosario y empleado municipal de tránsito de la ciudad remarcó que no es necesaria una nueva ley de regulación de drogas. “Te llevan a un estado que hace que te comportes de forma extraña, y diferente”, comentó.
Y cree, por eso, que “son ridículas” las comparaciones que hacen de los alucinógenos con respecto al tabaco, tomando en cuenta sólo los daños corporales u orgánicos. Además, puntualizó que cada uno  en su propiedad privada es dueño de hacer lo que quiera, sin reclamar que el Estado lo avale en materia de consumo personal. Aranda apuntó: “No estoy a favor de la despenalización de drogas, me opongo a las modas suicidas”.
En contraste con el testimonio anterior, Pamela Jackson, de 18 años, ingresante en la carrera de Psicología de la  U.N.R manifestó: “Estoy a favor del cultivo para consumo personal, creo que cada uno tiene derecho a hacer lo de que desee en la medida que no afecte a nadie”.
  “Además –agregó- es mejor, por ahí, saber de dónde sale lo que la persona consume, antes que, como sucede ahora, se compre en cualquier lado y pueda tener otras sustancias que hagan más nocivo el consumo para la salud”.
Jackson consideró que la despenalización haría que los usuarios de estupefacientes pagasen impuestos como si consumieran cualquier otra cosa o mercancías. En sintonía con la opinión de la estudiante, Gustavo Casanovas, de 46 años, planteó que “las personas son libres y en tanto no se demuestre que dañen a terceros, la elección de sus actos es de su absoluta incumbencia”.
Desde otra perspectiva opuesta, un oferente de marihuana, quién prefirió resguardar su identidad sostuvo: “Una supuesta ley nueva de drogas aumentaría el narcotráfico pero no el consumo”. ”El promedio de los consumidores es entre 15 y 20 años”, indicó el hombre.
Al margen de los distintos puntos de vista en cuanto a la despenalización, todos los entrevistados puntualizaron la importancia de una modificación de la ley en cuanto al castigo a los vendedores y narcotraficantes.  También consideraron importante que el Estado persiga a los ‘narcos’ a quienes ven como “una mafia”.

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